martes, 10 de febrero de 2009

El jardín de la abuela

Hace quince años, cuando estaba finalizando el primer semestre de preparatoria, cuando todo era perfecto excepto la preparatoria, téngo grabado este recuerdo que siempre viene a mi mente en tiempos difíciles.
Acababan de pasar los examenes finales del primer semestre, habia reprobado seis materias de trece que nos impartían, de las cuales presenté examenes extraordinarios y solo aprobe tres, tenía solo catorce años, y nunca me había pasado eso en mi corta carrera como estudiante.
Ya eran vacaciones pero yo seguía estudiando para presentar los exámenes preordinarios de las materias que no había aprobado, no recuerdo que día era, pero era precioso, y todo era agradable a la vista... era verano.
Después de todo un día de haber estado estudiando para el tercer y último examen del día siguiente, decidí tomar un decanso, así que me fui a la casa de mi abuela para distraerme del fastidio de ese día.
Recuerdo que llegué y la salude, saludé a mi abuelo, a mi tía abuela, a mi otra tía, y me fuí al jardín trasero de la casa. El jardín de la infancia, ya dejado atras por tanto tiémpo y hasta ese día visitado solo en recuerdos. Era un jardín no muy grande, aunque yo lo recuerdo enorme con cuatro árboles frutales y una sombra inmensa, pero ese día el sol brillaba tanto, y todo se veía tan alegre que me pregunté, ¿porque todo a mi alrededor era alegría? ¿porque todo era perfecto menos yo? en mi mente en esos instantes solo estaba el miedo del examen del día siguiente.
Recuerdo que me quede parado viendo todo el jardín de un lado a otro recordando los juegos y aventuras que había pasado en ese lugar con mis hermanos y mis primos, buscando un indicio de los años que se fueron.
Me sentía muy triste, ya que el examen del día siguiente era el definitivo para saber si aprobaba o nó el semestre, me senté en una de las sillas del jardín, con el sol frente a mí. No paraba la idea y el temor en mi mente de que debía aprobar el examen del día siguiente, pero aunque sabía todo respecto a ese examen, es decir lo aprobaría sin duda, la sensación de nunca haber pasado por una situación similar ántes, me tenía agobiado, sentía que le había fallado a todo mundo, sobre todo porque nadie sabía que estaba al borde de ser corrido de la preparatoria, le había mentido a mis padres diciendoles que ya los había aprobado y sobretodo me sentía mal por haberme fallado a mi mismo, era lo peor, fallarme a mi mismo.
El sol frente a mí se detuvo mientras pensaba en todas las cosas que estaba a punto de perder al día siguiente si reprobaba, y sobre todo en el temor de sentirme un fracasado.
Aunque pasó más de una hora yo no note que el sol se hubiera movido un solo milimetro en el firmamento, era radiante, mientras yo solo pensaba que había hecho de mi vida a tan corta edad, pensaba que sería de mí vida si reprobaba, como lo tomarían mis padres al darse cuenta que había reprobado y les había mentido, que seguía después, recuerdo que esa fue la primera ves que desee con todas las ganas del mundo tener una máquina del tiémpo para cambiar el pasado o para saber que seguía después, como acabaría todo, que sería del futuro, y sí algún día existiría para mí un mañana despues del examen.
Despues de todo, cabe aclarar que sí, sí aprobe el examen del día siguiente con un valioso seis que no fué lo que esperaba, pero que me permitió seguir en la preparatoria, fué una lección muy importante en mi vida... sentir todo perdido, y solo pender de un hilo para caer, no habiendo hecho lo necesario cuando había tiempo.

Ahora cada ves que tengo problemas recuerdo ese momento de hace más de quince años, y cada ves que lo recuerdo el sol sigue brillando en mi mente, en el jardín de la abuela.

R:O:C: