jueves, 16 de septiembre de 2010

A mis abuelos.,

A mi abuelo paterno no lo conocí, murió 10 años antes de que yo naciera, mi abuela paterna siempre estuvo, pero fué como un taboo en la vida mía y la de mis hermanos hasta los once años, es decir, sí la conocía pero nunca la visitaba y casi nunca conviví con ella como para tenerle confianza, y eso por problemas entre ella, su hija (mi tía) y mi mamá, problemas que por donde le busque siempre me llevan al mismo sitio y a la misma respuesta, eran problemas tontos. Y aún así la extraño.

Pero a lo que voy, a los que si conocí y bien, como abuelos, fue a mis abuelos maternos, Doña Blandina y Don Rafael que era como yo escuchaba que la gente les llamaba, ellos les llamaban así, pero yo simplemente les llamaba, Mama Nina y Papa Rafa, nunca supe porque los llamaba así, pero a la edad de diez años uno no anda cuestionando el porque se le llama así, simplemente uno los nombra así y en el fondo uno desde siempre sabe que se lo dice con un cariño muy especial, ellos eran a mi parecer los abuelos numero uno, lo máximo para mí, los mejores abuelos del mundo.

Todo era felicidad, en aquellos años de mi niñez, de nuestra niñez, porque incluyo a mis primos, me supongo que para ellos eran lo mismo que para nosotros, y no lo dudo porque sus padres siempre les preguntaban con quien querían ir, y ellos siempre respondían que con sus abuelos favoritos (es decir mis abuelos favoritos). Quien no tuvo unos abuelos así no sabe de lo que le hablo. Cuando sea abuelo quiero ser como mis abuelos. Todo era felicidad en aquellos años, todo era completo en la vida.

Hace unos años, 10 para ser exactos, mi abuelo enfermo, se le hicieron llagas en las piernas y ya no pudo seguir en pié como en sus mejores años, tuvo que estar postrado en un sillón y en una cama por el resto de sus días, ya no se levantaba, salvo en algunas ocasiones en que no se sentía tan mal o que sacaba valor de sus adentros, caminaba un momento por los alrededores de la casa, yo lo veía como que trataba de recordar lo que era su casa, y después simplemente regresaba y se volvía a sentar en su sillón, una vez que se sentaba, se quedaba viendo hacia algún lugar como tratando de recordar lo que había visto y compararlo con lo que recordaba de como era aquel sitio que tanto conocía, me era triste verlo así, pero no podía hacer nada, me hubiera gustado remediar aquello que él sentía, pero no era ni medico ni Dios como para hacerlo, y solo me quedaba a verlo recordar y lamentarme por no poderlo ayudar.

Mi abuela por su parte cuando el no la escuchaba solo decía; hay mi viejito, quien diría que acabaría así (supongo que lo decía porque ella lo había conocido de toda la vida y se le hacía triste verlo así) y lo decía una abuela que era toda ternura y que había sabido ser una buena hija, una buena esposa, una buena madre y una buena abuela, yo en esos años no asimilaba todo eso, simplemente me dedicaba a vivir mi vida, y viendo como los demás la vivían aunque fuera en las ultimas.

Mi abuelo duro varios años así, hasta que un día al regresar del baño se cayó y su cadera se rompió, los médicos lo operaron y salió satisfactoriamente de la operación, se recuperaría, pero hubo algo que cambio todo, después de la operación resultó que tenía pulmonía, todos lo atribuyeron a que al haber ido la ambulancia por él a su casa no lo habían tapado bien ya que estaba muy frío el exterior y de ahí se había resfriado y empeorado. solo había pasado un día, estuvo un mes en terapia intensiva, y en ese mes yo solo lo pude ver una vez porque estaba fuera de la ciudad, quise volver pero el destino no me permitió volver a verlo, y el murió un jueves 11 de diciembre, hasta ahora el sigue viviendo en mi, porque cada ves que paso junto a su sillón me parece que el esta ahí viendo como llegamos.


Mi abuela por su parte después de que el murió fue empezando a enfermarse, hasta que hoy en día solo esta postrada en cama sin responderle a nadie, en un principio todos decíamos que era la tristeza de haber perdido a mi abuelo, me imagino que debe ser duro ver morir y enterrar a alguien a quien quisiste tanto, ella, mi abuela se fue deteriorando demasiado rápido, parecía como si mi abuelo fuera parte de su salud y al faltar el, todo se hubiera venido abajo por su ausencia, la tristeza puede ser tan grande como para matar a alguien? me preguntaba, y resulto que sí, mi abuela ya no era nada después del fallecimiento de mi abuelo, hoy en día me pongo a pensar que me gustaría que me quisieran tanto como a mi abuelo, el en su niñez y juventud tuvo una historia muy triste pero en su vida lo tuvo todo. Si mi abuelo la viera hoy en día diria hay mi viejita.

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